Se encuentra en unas antiguas minas de hierro recuperadas ambientalmente. El paisaje ya de por sí merece la pena.
Consejos, si me lo permitís.
-Se necesita una jornada completa para verlo. Cuanto antes estemos en la entrada, mucho mejor.
-Hemos de planificar la visita teniendo en cuenta que hay dos espectáculos imprescindibles: el vuelo de la aves rapaces y el de leones marinos. Dependiendo de las fechas, hay varios pases a lo largo del día. En el folleto que nos dan a la entrada, se especifica el horario de las exhibiciones.
-Recomendaríamos un día no muy caluroso (por suerte/desgracia no nos faltan en Cantabria), pues los animales se mueven más.
-Hay restaurantes, pero comerse una comida campestre también es posible, aunque solo sea un triste bocata, en una pradera enfrente de la parcela de las jirafas. Además al lado, hay una granja con muchos animales y los niños se lo pasan pipa viéndolos. Si hace malo, en los propios bares, hay mesas donde uno se puede comer lo que ha llevado.
Fotos de los animales que están en semilibertad.
Fotos de las exhibiciones.





